Se trata de una noticia
a la vez que de actualidad, desde mi punto de vista polémica, ya que el hecho
de que se registren autocares de manifestantes en las carreteras sin motivos o
razones de peso aparentes, supone una reflexión importante sobre qué es lo que
puede suponer para el gobierno el movimiento 25-S y los posibles miedos que
puede infundir la llegada en masa de manifestantes.
Desde mi punto de vista es
importante recalcar como justifican dichos registros;“registrarlos en busca
de, por ejemplo, objetos arrojadizos, e identificar a sus ocupantes.” Aspecto que
en mi opinión es un absurdo, ya que los objetos arrojadizos pueden adquirirse
una vez en Madrid por parte de los manifestantes. Esto me lleva a pensar que el
principal motivo de los registros sea la idea de tener identificados a los
manifestantes.
Por otro lado la polémica
que se muestra sobre si la marcha ha sido o no comunicada, ya que existe una contradicción
entre la libertad de reunión y la necesidad de comunicar todos los movimientos
y manifestaciones organizadas.
No puedo dejar pasar las
palabras de Cifuentes sobre la actuación policial durante la manifestación; “Espero que
sea una movilización pacífica y si es pacífica, la Policía no va a intervenir, pero si no lo es, tendrá que hacerlo”. Dejando claro de nuevo la
postura del gobierno de cara a la acción policial en dichos movimientos.
Finalmente quiero dar mi punto de
vista sobre el aspecto anterior, y la cita anterior me lleva a reflexionar
sobre ¿cuál es el acontecimiento que marca la violencia en las manifestaciones?
Es decir, ¿qué ha de pasar para que una manifestación deje de ser pacifica? Se trata
de una cuestión tanto polémica como subjetiva y en ocasiones arbitraria, ya que
una pequeña pele o un encontronazo originado por la masificación de gente en
las calles puede desembocar en lo que es reconocido como violencia dentro de
una protesta multitudinaria. Por lo tanto considero que la actuación de la policía
en estos casos es tanto descontrolada como en ocasiones injustificada y por su
puesto en la mayoría de los casos excesiva.
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